La infertilidad es la incapacidad de una pareja sexualmente activa que no emplea métodos anticonceptivos de lograr el embarazo en el plazo de 1 año.
FACTORES DE ESTERILIDAD
Factores Masculinos:
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Pretesticular: enfermedades congénitas o adquiridas del hipotálamo, la hipófisis y órganos periféricos que alteren el eje hipotálamo-hipofisiario.
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Testicular: criptorquidia,orquitis,VARICOCELE (40%), traumatismos, aplasia germinativa.
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Post testicular: factores congénitos o adquiridos que interrumpen el transporte del esperma a través de los conductos.
Además puede ser causada por:
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Exposición a mucho calor durante períodos prolongados.
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Anomalías congénitas.
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Muy pocas o demasiadas hormonas.
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Impotencia.
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Desconocido en 45 % de los casos.
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Infección.
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Edad avanzada.
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Tratamientos para el cáncer, entre ellos quimioterapia y radiación.
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Cicatrización a raíz de enfermedades de transmisión sexual, lesión o cirugía.
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Cirugía para prevenir el embarazo (vasectomía) o falla de la vasovasostomía.
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Eyaculación retrógrada.
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Consumo de ciertos fármacos, como cimetidina, espironolactona y nitrofurantoina.
Factores Femeninos:
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Cervical (cuello uterino): estenosis (estrechamiento) del cuello uterino o anormalidades en la interacción del esperma y el moco uterino. 40% de los casos.
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Uterino (del cuero de útero): defectos congénitos o adquiridos que afecten el endometrio (capa interna del útero, reviste la cavidad uterina) o el miometrio (capa media del útero, músculo).
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Ovárico (del ovario): alteración en la frecuencia y duración del ciclo menstrual: la falla en la ovulación es el problema más común de infertilidad. 40% de los casos
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Tubárico: anormalidades o daños en las trompas de Falopio, congénitos o adquiridos.
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Peritoneal (del peritoneo, tejido que reviste los órganos de la cavidad pélvica): defectos anatómicos o disfunción fisiológica (infecciones, adherencias, masas).
Además puede ser causada por:
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transtornos autoimnunitarios como el síndrome antifosfolípídico (SAFL).
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Cáncer o tumor.
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Trastornos de la coagulación.
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Diabetes.
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Neoplasias (como miomas o pólipos) en el útero y el cuello uterino.
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Defectos congénitos que afectan el tracto reproductor.
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Ejercicio excesivo.
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Trastornos alimentarios o desnutrición.
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Uso de ciertos medicamentos, entre ellos fármacos quimioterapéuticos.
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Obesidad.
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Edad avanzada.
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Quistes ováricos y síndrome de ovario poliquístico.
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Enfermedad inflamatoria pélvica.
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Cicatrización a raíz de infección de transmisión sexual o endometriosis.
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Cirugía para prevenir el embarazo (ligadura de trompas) o falla de la cirugía de recanalización de trompas.
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Enfermedad tiroidea.
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Muy poca o demasiada cantidad de ciertas hormonas.
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